miércoles, 25 de febrero de 2009

Jueves 5 de marzo

Orlando Dirección: Sally Potter Guión: Sally Potter, basada en la novela “Orlando” de Virgina Woolf Fotografía: Alexei Rodionov Intérpretes: Tilda Swinton, Billy Zane, John Wood, Lothaire Bluteau, Charlotte Valandrey, Quentin Crisp. Nacionalidad: Rusia / Francia / Italia Año: 1992 Duración: 93min
Inglaterra y más de cuatrocientos años de historia vividos por una misma persona. Primero un hombre aristócrata que guarda su lugar en la sociedad mientras experimenta en su propio ser los precios y prejuicios de la masculinidad, y después una mujer que vuelve a casa tras haber muerto (hombre) en la guerra para descubrir que gracias a su nuevo sexo ya no posee nada. Virginia Woolf escribió esta historia en 1928 inspirada en su amiga Vita Sackville y Sally Potter la adaptó al cine proponiendo imágenes bellísimas, acompañadas de constantes preguntas por el género, la identidad y la alteridad. ¿Seremos el espejo de aquello que nos han dicho es lo opuesto? Orlando vivió en la mente de Virginia Woolf entre 1928 y 1929, época que azotaba a Inglaterra con una gran depresión económica post-guerra y que compelía a los Woolf a aumentar sus recursos. Virginia tomó la escritura de este texto como “unas vacaciones de escritor”, se lo propuso como una empresa ligera que tiene un fin funcional y es generar ingresos con su propia obra. Y en efecto, esta provocadora historia de un joven aristócrata del siglo XVII quien nunca debe envejecer y vive durante 400 años viendo cambiar las eras en su propio cuerpo, fue la obra que en vida le trajo más reconocimiento intelectual y económico a Virginia. Orlando, “maldito/bendito” con la virtud de no envejecer, evoluciona, cambia, se transforma a través de los siglos. Siendo él comprueba el absurdo de la guerra, la traición de las mujeres, él placer de la poesía y la maravilla del ser escogido. Los atuendos le cargan y le molestan, esa exagerada ornamentación isabelina que empalaga tanto a mujeres como a hombres. Su evolución sustancial sucede cuando se convierte en mujer al volver de la guerra. Comprueba que aun siendo la misma persona en otro sexo, sufre los rigores sociales del mismo. No puede poseer la casa que la reina Isabel le había dejado a no ser que tenga esposo e hijos. Al querer recrearse en las tomas de té intelectuales de la aristocracia, es recibida con insultos eufemistas que la caracterizan como ese ángel etéreo e incorpóreo que era la mujer en ese tiempo, un ángel quieto, callado y sonrojado que no tiene opiniones para sí. Orlando evoluciona, se transforma en un tiempo maleable con el cual la escritora juega a su antojo, haciendo gala del extraordinario conocimiento que tiene sobre los clásicos ingleses que su padre le había inculcado desde muy niña. Esta obra posee un ritmo enérgico, libre, como un complejo cuento de hadas. Orlando es la amalgama de la amante aristócrata de Virginia, Victoria Sackville-West, una mujer extrovertida, aventurera y fuerte de quien se enamora y acompaña durante sus avatares de mujer en la aristocracia. Sackville-West es obligada a casarse para conservar su patrimonio y a tener hijos para que este patrimonio familiar no se pierda en sesiones y mutilaciones gubernamentales. Orlando también representa el mundo del padre de Virginia, Sir Leslie Stephen; ese mundo de grandes biografías inglesas, de los grandes hombres de la Inglaterra isabelina que su padre le imponía conocer. A este mundo de biografías impecables Virginia Woolf le hace una mofa. Su biografía de Orlando es chismosa, impaciente y ligera; no toma en cuenta el tiempo como ritmo de la historia, sino que lo hace esclavo de su narración, hace con él lo que le antoja en esa maravillosa fantasía del joven que se hace mujer y vive sin una arruga, sin degradarse un solo minuto, durante 400 años. Orlando fue llevad@ al celuloide por Sally Potter, una cineasta estadounidense, militante feminista que ha puesto en la pantalla la deconstrucción y el cuestionamiento del rol de la autoridad directoral y el reposicionamiento de la mirada de los espectadores/espectadoras. Con films como La Lección de Tango (1997), la propia Potter se pone en el centro de la mirada del documental junto a Pablo Verón (bailarín de tango desde la edad de nueve años), sugiriendo una relación de complicidad emocional e intelectual y erotismo visual. Los films de Sally Potter colocan en entredicho, con una visión deconstructora y postcolonialista, al individuo moderno, blanco, europeo y hombre. En “Orlando” ve reflejada la desconstrucción de roles y los lleva al celuloide con una gran producción escénica, haciendo eco de la preocupación de Virginia por evidenciar la ridiculez y arbitrariedad con las que son impuestos los roles sexuales. Texto: Lina A. Gaitán Colectivo Cinematria
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

todo lo escrito por Virginia Woolf me encanta. todas sus ideas de autonomia economica y emocional para poder "ser mujeres" han permeado en mi significativamente. Asi que tengo la mejor intencion de ver Orlando. liliana

Anónimo dijo...

Vi la pelicula y me gusto mucho, felicitaciones. Me place mucho saber que exite un espacio donde se puede ver cine como este y hablar al respecto. Me dejó muchas preguntas: ¿Siempre debe haber una disputa entre los generos? ¿Es mejor reconocer nuestras similitudes o nuestras diferencias? Gracias por el espacio

Anónimo dijo...

Felicitaciones por darnos de nuevo el gusto de participar de cinematria.
Por otra parte, me gusto la pelicula ya que la interpretacion que le da sally potter es de fuerza y serenidad, esa que a su vez, refleja en Orlando.

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