UN AÑO A BORDO DE LA MATRIA
Una tarde de mayo del 2008 un grupo de amigas que creemos en el cine como posibilidad para difundir los derechos y relatos de las mujeres decidimos embarcarnos en la Matria, y en el barrio San Antonio iniciamos el camino de CINEMATRIA. Un cineclub que narra historias basadas en la experiencia femenina del mundo.
Tarde de mayo. Tormentas solares descendían sobre las cabezas de las mujeres luna. Terminamos la conferencia de Patricia Buriticá y nos resguardamos en casa de Lucy, justo frente a La Máscara. Fue la primera vez que vi a Pilo y conversé largo rato con Lucy, chamana de la serenidad, la resistencia y las plantas ancestrales. Jime era mi profe de video, Caro mi parcera, feminista libertaria que encontraba por ahí de vez en cuando para regalarnos sonrisas y palabras, La Judith Battory mi parcera abyecta, delirante, marginal, psicotrópica, irreverente. Poco a poco nos quedamos solas. No queríamos salir a la Calle 5ta bajo ese sol inclemente; sin saberlo aún, dejábamos escapar el corazón de los latidos imperiosos del tiempo productivo. Entonces nos fugamos y comenzamos a historiar: Pilo y Lucy en la revolución Nica, en Italia, en un lugar perdido de Latinoamérica haciendo teatro feminista, haciéndole el quite al poder y el patriarcado, renaciendo luminosas en cada personaje, en cada palabra. Nosotras queríamos viajar, ir al Ladyfest 01 en Bogotá para estrenar espacios de intervención feministas y libertarios. Tímidamente comenzamos a susurrar que sería buena idea presentar una película en La Máscara para autogestionar el viaje. El susurro se levantó con el viento que ya empezaba a acariciar los pliegues del cuerpo y el corazón: no queríamos presentar una sola película, queríamos inventar un cineclub feminista permanente. Durante casi tres meses estuvimos encontrándonos una vez a la semana; al ritmo de las flores de jamaica, el vino, el cine y el incansable y entrañable viento conspiramos un nombre que nos permitía retornar a la construcción de un lugar autónomo desde las mujeres para comunicar, divertirnos y conjurar las tormentas del patriarcado, la guerra, el capitalismo y las discriminaciones: ese lugar se llama la Matria.
El 31 de julio de 2008 inauguramos el cineclub con cócteles mágicos de gengibre y un clásico llamado “En el tiempo de las mariposas”. Lleno total. Así nació Cinematria, provocada por el sol y el viento de mayo, la necesidad de inventar espacios autónomos propios, el amor a la comunicación, al cine, a la calle, a las mujeres, a la rebeldía y la libertad. Hoy cumplimos un año de navegar la matria, la amistad, la intuición, la complicidad, el affidamento, las mutaciones y el tiempo. Historiadoras, comunicadoras, teatreras, feministas caminantes quisimos proponer a mujeres y hombres un lugar para tomar el viento, divertirse, transformarse y acercarse al cine con una perspectiva de género y feminista.
Quienes han decidido embarcarse saben de los placeres de la matria.
Gracias a quienes han transitado por Cinematria dejando sus caricias, voces, presencias, aportes trascendentales y sinceros. A las profes, activistas y teóricas feministas: Simonne Accorsi, María Cecilia Paz, Martha Cecilia Vélez Saldarriaga (que descendió de las montañas azules de Medellín para navegar con nosotras en el trópico) Maria Elena Unigarro, Gabriela Castellanos, Carmiña Navia y Nancy Motta. Gracias a Consuelo Malatesta, Pilar y las Mujeres Diversas, Inés, Stella y la Coorporación Arte Diverso, Alejandra Borja, Nachito, las mujeres de diferentes generaciones de la Escuela Política de Mujeres Pazificas, Shirley, Pablo, Carmelita, Albert, Andrea Azcárate, Héctor Fabio, Robin, Roxi, Las Féminasfestivas, las Agitadoras Feministas, las Mavi, Clare, Lorena, el Teatro La Máscara y todxs quienes han florecido y mutado con nosotras.
1Gracias a Caro Busiraca, quien siempre edita con paciencia y amor estos relatos.
Memorias/Lanzamiento de Cinematria 30 de julio de 2008